
Habitantes conscientes
Somos hijos de la Madre Tierra y del Padre Cielo.
Construimos un camino, una historia y una vida sobre este territorio sagrado: nuestro gran refugio seguro.
La naturaleza es el origen de nuestra identidad y la misión de nuestra comunidad es proteger todo lo que habita en ella.
Bienvenido a este relato, querido habitante consciente.

Tiempos místicos y sagrados
Hace más de 2.000 años -incluso antes de la América precolombina-, nuestros ancestros indígenas habitaron estas tierras, gobernados por los principios de paz y armonía.
Todos los elementos de la naturaleza tenían presencia espiritual.
Las montañas, los valles y los ríos que rodean BIO HABITAT HOTEL, conformaban un territorio sagrado y protegido por comunidades organizadas que honraban a la Madre Tierra como su fuente de vida.

Los guardianes de la Madre Tierra
Los primeros habitantes conscientes tenían una profunda conexión con la naturaleza; eran sus protectores y sus guardianes. Para honrarla, aprendieron a proveerse de ella de una manera consciente y respetuosa:
Desarrollaron habilidades para construir sus hábitats a distintas alturas sobre el nivel del mar, utilizando materiales de su entorno natural, como la paja, la guadua o helechos secos.
Se adaptaron al clima variado y dócil de la Cordillera Central y crearon sistemas de cultivo para sembrar maíz, yuca, aguacate, y otros productos que eran la base de su alimentación.
También se destacaron por sus avances socioculturales y sus conocimientos en astronomía y agricultura, pero, particularmente, por sus creaciones arquitectónicas y expresiones artísticas, muchas de ellas consideradas como tesoros arqueológicos para la humanidad.

Un ejemplo de ello es el Tesoro Quimbaya, la colección de arte prehispánico más importante del mundo occidental.
Fue hallado en una tumba indígena de la Tribu Quimbaya cerca de Filandia, Quindío y regalado por el gobierno colombiano a la Reina María Cristina de España en 1893.
Sus piezas de oro, plata y cobre, solo se comparan con el Penacho de plumas del emperador Azteca Moctezuma, o con las estatuas de los monarcas del reino de Dahomey en el occidente de África.
Los 4 elementos
Desde la Línea del Ecuador que divide el planeta, hasta el Punto Nemo, el lugar más alejado de la tierra, todo está interconectado.
En la cosmovisión indígena de nuestros pueblos ancestrales, la unión de los 4 elementos: tierra, agua, fuego y aire, conforman la Pacha Mama, la Madre Tierra o el Cosmos.
Los 4 elementos están presentes en todos los ciclos de la vida, cuando uno falta, los otros se desequilibran.
El gran habitante consciente tiene la misión de protegerlos y conservarlos.

Tierra
Las fuerzas de la naturaleza también incluían el mundo fuera de la tierra.
Muchas tribus adoraban a la luna como diosa de la fertilidad y siguieron sus ciclos para predecir el clima y elaborar calendarios de siembra para sus cosechas.
También observaron la forma de las nubes, la orientación de los rayos del sol y el vuelo de las aves para desarrollar sistemas de cultivos y técnicas de agricultura avanzadas.

Agua
Los océanos, los mares, los ríos y las lagunas, son considerados lugares sagrados porque permiten que el agua fluya para dar vida, purificar el espíritu y limpiar el cuerpo.
Para los indígenas de los Andes, el agua es la savia vital y la sangre de la Madre Tierra.
Muchas tribus fabricaron utensilios como calabazas y totumos con figuras femeninas para contener el líquido sagrado y honrar su presencia.
Aprendieron a utilizarla de una manera racional y descubrieron la utilidad del agua para la irrigación de cultivos; además, crearon sistemas hídricos, rutas de navegación y la usaron para curar enfermedades en sus rituales terapéuticos.

Fuego
En la mitología de nuestros ancestros, el Sol es el dios que ilumina, purifica y revitaliza. Cuando se esconde, su energía se convierte en fuego sagrado.
Este elemento tiene el poder de transformar lo que toca. Sus llamas son necesarias para la supervivencia de la COMUNIDAD porque son fuente de calor, de iluminación, de alimento y de sanación.
En muchos de sus rituales, el fuego representaba la fuerza cósmica que se encendía para regenerar el mundo. Alrededor del fuego honraban a los dioses, se comunicaban con sus antepasados, celebraban el ascenso de un gobernante, o despedían a un miembro de la tribu cuando su alma trascendía a otro universo.

Aire
Querido habitante, algunos elementos son más necesarios cuando más sutiles son.
Podrás dejar de comer los alimentos que la tierra te provee, podrás dejar de beber agua por unos días, podrás sobrevivir sin el fuego al anochecer, pero solo podrás estar pocos minutos sin tomar aire.
El aire es la vida que se manifiesta a través de la respiración consciente que renueva nuestro ser.
Su vehículo son los vientos, las palabras, las notas musicales, las plantas y las aves.
La conexión con el aire permitió a los primeros habitantes conscientes predecir tormentas, interpretar mensajes sagrados, identificar el aroma de las flores y fabricar instrumentos musicales para sus rituales.
Ha llegado el momento de un encuentro más digno con los hermanos occidentales, para que el indígena se siente en el lugar del blanco y el blanco en el lugar del indígena
Profecía de los Ancianos Indígenas de la Amazonía Colombiana
Hasta el próximo capítulo…

Somos hijos de la madre tierra y del padre cielo.
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